EPD 6. Mesa participativa.

La EPD sobre la mesa participativa es una posible respuesta al análisis de la realidad que elaboramos en una práctica anterior. La participación puede ser la solución y para ello hay que planificar cómo va a ser este proceso, por ello, elaboraremos una mesa que nos servirá de símbolo del tipo de participación que queremos llevar a cabo o que creemos más correcto y fructífero.
La mesa que mi grupo elaboró fue la siguiente:


La mesa participativa que nosotros elaboramos es una mesa camilla de la participación. Para empezar definiendo su forma explicaré por qué elegimos una mesa camilla y es que es por el simbolismo que ella tiene. Estas mesas las encontramos en las casas de las abuelas o de campo, suelen ser pequeñas y acogedoras, tiene una enagua bajo la cual encontraremos un brasero. En ella se come o se toma un café e invita a una sobremesa contundente, como bien nos enseña la tradición española.
Nuestra mesa es grande y redonda, para que quepa mucha gente y todos podamos mirarnos las caras al hablar y al escuchar. Es de madera porque es un material fuerte, pero a la vez moldeable a la forma que más nos convenga, es un material natural y puro. Tiene un cristal encima transparente y unas enaguas de pelito suave y calentito. Posee cuatro patas, que aportan equilibrio, de madera, para que sea consistente.
Su función es la compartir percepciones y opiniones, participar, alzar tu voz y que se te escuche y respete, es un lugar en el que exponer inquietudes y preocupaciones, necesidades y virtudes. También tiene una función acogedora, para que toda la gente se sienta a gusto y en confianza para participar. En ella se llega a acuerdos y se dan soluciones a los problemas o necesidades que se estén debatiendo. Y muy importante es también la función de representar y dar visibilidad, en la participación es fundamental que se de cabida a todo el mundo, que todos los colectivos se vean representados y respetados.
Por último, detallar los contenidos de los que se encuentra nutrida nuestra mesa, los valores que la guían y la soportan, ellos son el respeto de forma fundamental y como estandarte principal, respeto hacía las opiniones y las aportaciones de los demás, hacía las personas y sus diferentes orígenes y orientaciones de cualquier tipo. La participación implica responsabilidad, los participantes deben ser conscientes de que este proceso conlleva un trabajo y una implicación y que sin ella, el proyecto no saldrá adelante. La valoración de propuestas y la confianza para que todo el mundo se sienta con el apoyo suficiente para participar. Por último, la empatía y la energía positiva para colaborar de forma activa y productiva.

Esta actividad la he visto muy productiva para tomar conciencia sobre el proceso de participación, qué necesitamos para llevarlo a cabo y cómo queremos que sea, de una forma divertida y artística.

En definitiva para mí, la participación debe ser esa mesa de camilla a las 4 de la tarde, en casa de tu abuela, después de una comida de navidad, en la que todos están a gusto y feliz compartiendo y dialogando, respetándose y aportando.


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