La EPD sobre la mesa participativa es una posible respuesta al análisis de la realidad que elaboramos en una práctica anterior. La participación puede ser la solución y para ello hay que planificar cómo va a ser este proceso, por ello, elaboraremos una mesa que nos servirá de símbolo del tipo de participación que queremos llevar a cabo o que creemos más correcto y fructífero.
La mesa que mi grupo elaboró fue la siguiente:
La mesa participativa que nosotros elaboramos es una mesa camilla de la participación. Para empezar definiendo su forma explicaré por qué elegimos una mesa camilla y es que es por el simbolismo que ella tiene. Estas mesas las encontramos en las casas de las abuelas o de campo, suelen ser pequeñas y acogedoras, tiene una enagua bajo la cual encontraremos un brasero. En ella se come o se toma un café e invita a una sobremesa contundente, como bien nos enseña la tradición española.
Nuestra mesa es grande y redonda, para que quepa mucha gente y todos podamos mirarnos las caras al hablar y al escuchar. Es de madera porque es un material fuerte, pero a la vez moldeable a la forma que más nos convenga, es un material natural y puro. Tiene un cristal encima transparente y unas enaguas de pelito suave y calentito. Posee cuatro patas, que aportan equilibrio, de madera, para que sea consistente.
Su función es la compartir percepciones y opiniones, participar, alzar tu voz y que se te escuche y respete, es un lugar en el que exponer inquietudes y preocupaciones, necesidades y virtudes. También tiene una función acogedora, para que toda la gente se sienta a gusto y en confianza para participar. En ella se llega a acuerdos y se dan soluciones a los problemas o necesidades que se estén debatiendo. Y muy importante es también la función de representar y dar visibilidad, en la participación es fundamental que se de cabida a todo el mundo, que todos los colectivos se vean representados y respetados.
Por último, detallar los contenidos de los que se encuentra nutrida nuestra mesa, los valores que la guían y la soportan, ellos son el respeto de forma fundamental y como estandarte principal, respeto hacía las opiniones y las aportaciones de los demás, hacía las personas y sus diferentes orígenes y orientaciones de cualquier tipo. La participación implica responsabilidad, los participantes deben ser conscientes de que este proceso conlleva un trabajo y una implicación y que sin ella, el proyecto no saldrá adelante. La valoración de propuestas y la confianza para que todo el mundo se sienta con el apoyo suficiente para participar. Por último, la empatía y la energía positiva para colaborar de forma activa y productiva.
Esta actividad la he visto muy productiva para tomar conciencia sobre el proceso de participación, qué necesitamos para llevarlo a cabo y cómo queremos que sea, de una forma divertida y artística.
En definitiva para mí, la participación debe ser esa mesa de camilla a las 4 de la tarde, en casa de tu abuela, después de una comida de navidad, en la que todos están a gusto y feliz compartiendo y dialogando, respetándose y aportando.
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