EPD 2. Retrato del educador.

Para esta segunda EPD el profesor nos pidió que llevásemos rotuladores, lápices o témperas ya que íbamos a realizar, en grupos, el retrato del animador sociocultura que nosotros creyésemos conveniente.
En efecto, nos pusimos en un grupo Rocío, Irene, Paloma, Melquior y yo y creamos este animador un tanto monstruito, pero en el sentido más positivo de la expresión: ¡Eres un monstruo!


Para empezar a describir a nuestro animador, quisiera explica que hemos fusionado características propias de los humanos y de los animales, puesto que nos pareció apropiado aprovechar algunas de las cualidades de éstos últimos.
La cabeza contiene grandes orejas de elefante, queriendo simbolizar que el animador debe estar abierto para escuchar de forma activa a todas las personas con las que trata, así como receptivo ante posibles propuestas o demandas. También cuenta con ojos con visión infrarroja, lo que quiere decir que debe tener mucha vista, para divisar los problemas y las necesidades, incluso aquellos que no pueden apreciarse a simple vista y, por tanto, los ojos bien abiertos. Del mismo modo cuenta con una nariz de perro, lo que le aporta un olfato canino, para husmear y sospechar ante cualquier realidad a la que se enfrente. Su boca es un megáfono, esto quiere decir que el animador debe de alzar la voz para denunciar de forma crítica y constructiva las desigualdades y las situaciones de precariedad que se están viviendo, también debe elevar su voz para animar a las personas con las trabajar y captar al ciudadano para participar. Como podemos observar, nuestro animador tiene la cabeza abierta y su cerebro es grande y de colores, lo que quiere decir que debe tener una mentalidad abierta, dispuesta a aprender y a no dejarse llevar por los prejuicios, además, debe tener muchas ideas, ser una persona creativa y divertida, sin miedo a lanzarse a nuevos proyectos y aportar todo lo bueno que tiene, así como a absorber todo lo que pueda ofrecerle su entorno. 
El tronco es humano y cuenta con un gran corazón, no quisiera caer en el tópico de que el animador debe ser un alma caritativa, más bien, con el gran corazón queríamos referirnos a que debe reunir cualidades como la bondad, la humanidad, la humildad, la empatía y la sensibilidad, que son características básicas para tratar con las personas. Del torso salen seis brazos, simulando a los dioses de la mitología hindú, que simbolizan sus cualidades; en nuestro caso, tanto sus cualidades como los ámbitos en los que puede trabajar. Por ello, en uno de sus brazos  tiene una jeringuilla, que alude al mundo de la drogodependencia; en otro, el símbolo del feminismo, lo que representa el ámbito de la mujer y la igualdad de género; una persona con bastón, el ámbito de la tercera edad, uno de los grandes ámbitos a mi parecer del animador ya que las personas mayores son muy beneficiarios de estos servicios; otro de sus brazos está ocupado por un niño, lo cual representa el ámbito de infancia y juventud y el último de sus brazos está sosteniendo el mundo, símbolo de los procesos migratorios y los inmigrantes, así como la multiculturalidad y el cuidado del medio ambiente. Encontramos también dos objetos, como son una bombilla encendida, que simboliza las ideas que no deben de parar de fluir y un libro, que implica continuo aprendizaje y reciclaje profesional. 
Las extremidades inferiores las hemos sustituido por un monociclo, queriendo representar continuo movimiento, el animador debe ser una persona inquieta, rápida, que no se acomoda en un lugar sino que está siempre dispuesta a moverse a desplazarse allí donde haga falta, para intentar dar cobertura a la mayor parte de las necesidades.
Por último, el paisaje en el que se encuentra es, por un lado, rural y, por otro, urbano, esto quiere decir que el animador tiene tareas que realizar tanto en la ciudad como en los pueblos, en cualquier entorno se necesita un análisis y cobertura de las necesidades, en todos los contextos tiene que haber participación ciudadana.

Personalmente, como reflexión sobre la actividad, he de decir que me ha encantado. Dibujar no es una de mis cualidades, pero el trabajo en grupo que hemos realizado, me ha gustado mucho. Primero construyendo entre todos la idea, después unos dibujando y otros coloreando. El significado en sí de la actividad me ha resultado muy adecuado. Es cierto que todos contamos con una idea de lo que debe ser un buen animador, pero hasta que no te paras a reflexionar sobre ello, analizando sus cualidades, sus capacidades y el alcance de su trabajo, el concepto del mismo no es del todo real. Me gustaría añadir a mi retrato, una característica que los otros grupos señalaron de una forma muy cómica y que nosotros no caímos en representar, el grupo de los chicos puso a su animador social con rastas, simbolizando que tiene que romper los estereotipos y que no puede dejarse guiar por ellos.

Me gustaría acabar con una frase que leí hace tiempo que me parece muy adecuada para esta actividad y que la resume a la perfección: "Ser animador es una forma de estar en el mundo."




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